Los Touareg
- Ousliman
- 23 may 2020
- 3 Min. de lectura
” Tu tienes el reloj,yo tengo el tiempo”: Proverbio Tuareg

La arena… el desierto, son sinónimos de silencio e infinito. El desierto, como la selva, aparece para el imaginario como territorios casi vírgenes y despoblados. Terreno fértil para los sueños y la aventura. Allí “sobra” el espacio pero faltan muchas de las cosas que gozamos y dilapidamos en las ciudades. Y por ello, difícilmente podemos asociar la vida en el desierto como un ideal para una vida realizada y feliz. Porque choca contra nuestra escala de metas y valores. Sin competencia y consumo, difícil concebir que se puede ser feliz, pero un hijo del desierto, un Tuareg, Moussa Ag Assarid, nos da otra vi-sión.

Quien son los Tuareg?
Los tuareg son un pueblo bereber en el desierto del Sáhara. Cuando se desplazan cubren las necesidades de los animales y las suyas propias en el camino, puesto que viven en unidades familiares extensas las cuales van siguiendo a los grandes rebaños a su cargo. En la antigüedad, se dedicaban a saquear pueblos, controlando además las rutas del desierto. Las invasiones árabes y hilalianas, en el siglo XII, les obligaron a adoptar un estilo de vida nómada.

Una forma de vida única
La identidad tuareg siempre se ha mantenido ligada a la supervivencia: supervivencia en un entorno tan hostil como el desierto, pero que también es su hogar. Para hacer frente a las continuas amenazas del hambre y las inclemencias climatológicas disponen de dos herramientas.

Las jaimas, compuestas por un armazón de madera atirantada cubierta de telas de diferente naturaleza, como pelo de animal o alfombras. Livianas y con una estructura triangular, permiten a la misma vez dar cobijo, proteger del viento y la arena y proporcionar la movilidad necesaria para la continua búsqueda de agua y pastos. Cada campamento posee diversas jaimas. Suele haber una más grande a modo de dormitorio común y otra más sencilla como salón. A veces levantan una pequeña construcción de adobe, para la cocina y despensa. Otros espacios posibles son parcelas para los animales y un pequeña jaima, alejada del campamento, para que los adultos disfruten de momentos de intimidad.

No obstante, su más importante capital es el ganado, sin el cual no tendrían posibilidad de subsistir. Es del ganado de donde se obtiene la leche, y es el ganado el que proporciona carne y pieles. También es el ganado el principal recurso que, en un caso de necesidad, puede ser producto de un trueque.
Pero tan importante es alimentar el estómago como la mente y alma. El poco tiempo que concede una vida en continua alerta se llena con conversaciones en torno a un té, actividades grupales relacionadas con la oratoria o la música y la educación, bien recibiéndola de otro tuareg o acudiendo a pequeñas aulas dispersas por el territorio.
Viven la adopción de la religión musulmana de una forma muy personal, pues lo han hecho sin renunciar a lo que culturalmente les identificaba, como la creencia en diferentes espíritus o las manifestaciones de la naturaleza como una prueba directa de la voluntad divina, considerando el desierto casi como un ente.

El término Touareg o Targuí en singular, se aplica a numerosos grupos que comparten un idioma común y una historia común. Étnicamente, hay Touareg de ascendencia Bereber y de diversos grupos del África negra. El idioma touareg en sus variados dialectos es parte del troco común beréber. Son los únicos que siguen conservando la escritura beréber, llamada tifinagh. Los hombres empiezan a llevar los velos teñidos de Índigo a la edad de 25 años que oculta su cara entera salvo sus ojos. Este velo nunca se lo quitan, incluso delante de los miembros familiares. En cambio, las mujeres no llevan el velo propiamente islámico sino más bien una tela que cae sobre la cabeza con el fin de protegerse del viento y del sol.
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