En el desierto no hay atascos
- Ousliman
- 23 may 2020
- 1 Min. de lectura
El pacto entre el desierto y el hombre

Leyenda de Moussa Ag Assarid que explica la relación del pueblo touareg con el Sáhara y su compromiso con una vida de pura supervivencia.
Esta historia nació en una época en la que todos los pueblos eran nómadas en busca de tierra de asilo. Al atravesar el desierto, se presentaban ante él y decían:
– Queremos vivir en el Sahara. – Soy muy caliente. – No importa. – Soy frío, muy frío. – Tampoco importa. – No tengo suficiente agua.

Entonces, los pueblos se retiraban en silencio. Llegaban otros pueblos, y siempre tenía lugar idéntico diálogo. Cuando el desierto evocaba el viento, el silencio o la luz, los pueblos huían. Un día, llegó un pueblo y dirigieron sus preguntas al desierto. Este les recordó todos los temores que presenta esta tierra tan hostil para la vida humana.
– Aquí hay demasiada luz. – Tenemos nuestros turbantes. – Hace frío. – Tenemos nuestras gandouras. – Casi no llueve. – Contamos con los pozos y los odres. – Soy un enorme silencio. – Nos queda sitio en el corazón. – ¿Qué esperáis de mí? – Queremos paz. – La tendréis. – Y libertad. – La tendréis. – Y fuerza contra nuestros enemigos. – La tendréis.
Y así se selló un pacto que aún perdura.

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